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domingo, 28 de octubre de 2012

Dos míseros años...

Se estima que el universo tiene trece mil setecientos millones de años.
Nuestro sol, cuatro mil quinientos millones de años, y está en plena crisis de la mediana edad.
Nuestra preciosa Tierra debe rondar los cuatro mil cuatrocientos setenta milloncejos. Apuesto a que ni se acuerda de cuándo es su cumpleaños.

Tomando tal perspectiva, dos años se diría que no son nada, pero no es la perspectiva que tomarás en tu día a día. No eres ni el universo ni el Sol ni la Tierra.
Tu esperanza de vida es de entre ochenta y cien años. Y tan solo es esperanza: hay coches que chocan, macetas que caen; no sabes qué porcentaje de tu vida son dos años, y sin intención de ser agorero, podrían ser los últimos.

Dos años que pasas disfrutando de la compañía de tu perro, son ocho años que tu perro disfruta pasándolos contigo.
Dos años disfrutando la compañía de tu tortuga gigante de las Galápagos, equivale a un año que tu querida tortuga gigante de las Galápagos disfruta estando contigo... pero apuesto a que ese año lo recordará con cariño.

Dos años vividos en compañía de la persona amada son una eternidad de buenos recuerdos que te acompañaran toda la vida.
Y dos años viviendo en un entorno infernal no son setecientos treinta días, son setecientas treinta eternidades que parecen no avanzar.
En cambio, dos miseros años, repletos de míseros días de 24 horas, con míseras emociones, miseras ilusiones y míseros recuerdos, serán dos años durante el tiempo que duren esos dos míseros años. Una vez cumplidos te preguntarás dónde han estado ¿Dónde están los recuerdos de aquellos dos años? No se crearon. Solo el recuerdo de un día clonado hasta perder la cuenta, y poco más.
Dicen que Roma no se construyó en dos días. Tal vez tardó alguna semana. Pero si llegan a decidir esperarse dos años antes de empezar ¡hubieran tardado dos años y alguna semana!
Dos años de alegría son dos años de recuerdos que siempre te acompañarán; dos años de entrenamiento son dos años de experiencia que siempre podrás emplear; pero dos años de esperar de brazos cruzados son dos años que no te acompañarán nunca más.

Dos años de tu vida no son dos años de tu vida, son tu vida en el intervalo de dos años. Así que yo tendría cuidado a la hora de calificar un tiempo de mísero. De aplazar tu vida un tiempo pensando que, al fin y al cabo, serán solo dos míseros años.
Dos años duran dos años, pero pueden abarcar mucho más.. Un mucho más que puede ser bueno, o un mucho más que puede ser malo... O quedarse simplemente en mísero tiempo en blanco...


tic ...





tac ... 





tic ... 





tac ... 


... solo segundos en blanco y nada más ...

domingo, 15 de abril de 2012

Un aplauso...

Hace un tiempo leí en un estado de tuenti:

<< Un aplauso para todas esas personas que ''te querían'' y ahora ni te hablan. >>

Bien, bien, [*preparada mirada de desdén ¬.¬] *plas* *plas* *plas*... no

¿Soy el único que, al leerlo, en vez de pensar en "aquella persona..." y y dedicarle el aplauso.., piensa en sí mismo?
Vale, me acordé de una "Ella" que hubo una vez, pero luego pensé en a quién yo había dejado marchar.. a quién olvidé... a quién dejé atrás...
¿Y tú? ¿Acaso conservas todas las relaciones que alguna vez consideraste importantes? ¿Nunca abandonaste a nadie?

Encontré también una vieja carpeta, dentro de la carpeta de fotografías, llamada "mis amigos"
Borré el 90% . Sin ningún reparo.
Con alguno de ellos aún hablo..

Lo que da a reflexionar no es que sucediera. Los sentimientos cambian, las personas cambian. Si no por qué, y cómo ocurrió.
Tanto aquellos a quienes importabas que te olvidaron, como aquellos que hayas descubierto que has dejado distanciarse...

Tal vez os distanciasteis lentamente, sin daros cuenta. Simplemente no se os ocurrió qué contaros durante unos días y.. se volvió rutina. No lo visteis hasta que ya estabais lejos. Y tal vez intentasteis recuperarlo, o tal vez no, ya había perdido importancia...

Tal vez uno se distrajo, "olvidó" los sentimientos del otro y dejo de dedicarle tiempo. Causando frustración o asolamiento en el otro, que poco a poco acabó olvidando sus propios sentimientos..

Tal vez una discusión o un problema. Y que uno.. o ninguno, quiso o supo perdonar..
O problemas continuos que no se supieron arreglar, hiriendo la relación hasta que uno dice "ya basta".

Tal vez uno cambió. La relación ya no le parecía interesante o importante, o le parecía más dolorosa que inspiradora, y decidió alejarse. Tal vez fue sincero y lo dijo, tal vez fue frío y simplemente dejo que perdiera fuerza hasta romperse, tal vez fue inmaduro y huyó y se dedico a evitar al otro para no tener que dar explicaciones incómodas, esperando que tarde o temprano se olvidase...

Culpa propia, culpa del otro, culpa de ambos, culpa de nadie... Cuestión de tiempo, cuestión de circunstancias, cuestión de diferencias de madurez...

Es curioso ver ahora alguna de aquellas viejas fotos... Antes podías contempla alguna sin parar, para poder contemplar a aquella persona...
Y ahora te hace apartar la mirada... O la contemplas con melancolía...
O simplemente: nada. Aquella imagen en la que antes podías sumergirte vuelve a ser solo una fotografía en dos dimensiones, cerrada. Puedes verla pero no contemplarla. La figura se ha fusionado con el fondo y ya no deja hueco para encontrar nada más...

¿Quedan, al menos, recuerdos que merecen la pena? ¿O aprendiste con ellos? Eso es lo importante. No podemos evitar los cambios, las personas vienen y van.
Y Siempre hay también algunos... que no importa cuánto tiempo lleveis sin veros, sin hablar. Un día volveis a encontraros y la confianza sigue intacta, el entusiasmo renacido, y ambos dan todo de si para ponerse al día y sentir como si el tiempo no hubiera pasado.
Esos.. Ellos si que merecen un aplauso, y de los de verdad.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Voy perdiendo.

Antes de nada, incluyo un resumen de la entrada anterior, que veo que no quedó del todo clara. Y no me extraña, fue de esas entradas que escribo pensando más en mí que en otros, que me conformo con aclararme yo cuando doy rodeos en los que es difícil saber que pienso y, encima, no acostumbro a releer y retocar las entradas antes de postearlas...

Ahí voy con el resumen de "Magia"
1- Lo más importante: cada uno de nosotros actualmente es insignificante. Así que, lo que crea o deje de creer cada uno personalmente no va a cambiar nada exterior ni en lo que haya más, tanto si lo hay como si no.
2- La creencia ha de ser como guía personal, no social. Cree en lo que creas, predícalo a quien el pueda interesar pero no lo impongas como norma ni lo pregones a al fuerza. Si te equivocas poco importa, al final de tus días lo sabrás, hasta entonces será genial si te ha servido como ánimo en vida.
3- Si se normaliza la creencia en forma de gran religión, perderá sentido: gente que "cree" porque le educaron así, porque es "lo normal", porque lo dice aquel,... Hay demasiadas así como para tener la prepotencia de asumir que una tiene la verdad.
No tiene sentido creer en algo si no te llena o guía.

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Voy perdiendo. Me queda…

Me siento raro desde anoche. Creo que intuyo el porqué, pero es complejo... no sé.
De repente quiero muchas cosas, las contrarias y nada a la vez.
Busco cariño pero el que encuentro aquí no me llena. El que me llena esta lejos, a veces surgen contratiempos, y a veces alguna de esas personas se disipa y queda como una figura que aún adoro pero que parece haberse olvidado de mí...

Incertidumbre.

El trabajo no me llena. Cada vez tengo más claro que no soy capaz de sacar algo decente adelante solo por el camino de las Bellas Artes, al igual que ya lo asumí de la literatura.
Ahí no estoy tan perdido: mi solución es unir fuerzas. Intentarlo por el mundo del cómic, literatura e imagen juntas. Pero es difícil. En mi imaginación siempre encuentro situaciones pero no historias completas. Y mi única opción es tener éxito (incluido económico) por libre.
¿Dibujar cómics por encargo? (Que te dan el guión y todo) No podría soportarlo.
Pero no voy a dejar de lado ninguna asignatura de Bellas Artes y eso me deja con menos tiempo.
Y más difícil aún porque pierdo... pierdo ganas y pierdo el tiempo...

Indecisión.

Quiero hablar con gente nueva. Poca, pero verdaderamente interesante. Se me ocurren un par de personas, todas de Internet. (Solo me queda conocerlas... algunas de ver en persona ya, otras aún pendientes de intentar entablar comunicación con ellas) Pero cuando lo intento no me sale cómo podría intentarlo...
Y tengo pendientes respuestas... Respuestas para Wanderer en blogs, un correo de un humilde pintor, una chica de lejos que quiere retomar contacto conmigo (y se lo prometí), un foro en el que prometí participar,... mi blog cada vez más descuidado,...

Sin palabras.

Me apetece aislarme. Aún más. Para dedicarme a trabajar. No perder tiempo con lo que aquí no me llena. Pero necesito más contacto de aquellos lejanos que sí me llenan.

Demasiada y demasiada poca soledad.

Antes tenía un equilibrio. Un equilibro interior superior a lo normal. Decidí romperme. Romperme para poder comprender mejor a algunos de esos lejanos que me llenan (o que podrían), personas con un desequilibro. Un desequilibrio interior superior a lo normal.
Y está bien siempre y cuando piense que merece la pena. Si no, siempre puedo volver al de antes, pero una bonita parte de mí se perderá. Y sobre todo, dejaré de sentirme especial, de esa manera en que lo logran aquellos por quienes merece la pena este salto al vacío. Dejaré de sentirme un importante loco con un sentido para ser un pobre imbécil sin importancia en un mundo de gili******.

Desequilibro.

Confío en recuperarme pronto de todo lo hoy dicho. Supongo que solo tengo dudas, suficientes como para escribirlas aquí. Pero me iría genial un poco de ayuda; por ejemplo... poderme acercar a aquellos que están lejos, y que vuelvan aquellos que se disipan...

[Mi salón/estudio/a-veces-habitación, un no-muy-buen día]

sábado, 4 de febrero de 2012

No dan más de sí, salvo monotonía

Mil perdones por mi reciente pérdida de ritmo. Mal, mal, mal.
Tras los exámenes he venido una semana a las tierras árticas de Burgos que dejé atrás al comenzar este curso. Vine a ver a aquellos que nunca dejaré realmente atrás y... a algunos más que me dicen que venga a verles...

Mi desencanto por el mundo "real" esta aumentando precisamente estos días. De momento estoy teniendo más desencantos que luminosos reencuentros (el marcador está en 3 a 2).
Me he chocado con la árida y gris pared de la... ¿normalidad? Debe ser... Es dolorosamente, aburridamente y frustrantemente monótona y normal.

Al regresar me he topado con gente a la que le da miedo y/o pereza salirse de las cómodas normas de la normalidad (normas, normalidad... hasta después de escribirlo no me fijé en la relación).
"¿Recorrer medio Burgos andando para ir a un restaurante? Estáis mal de la cabeza." (Ya mal de la cabeza aún sin contar conque hacían -5ºC) "¿Salir a al calle con el frío que hace para verte tras medio año? Suficiente frío pasaré esta noche cuando vaya de fiesta" "No digas bobadas, esas no son horas de quedar" "Pues no me gusto la película, es que... es rara"

¿Es locura todo lo que sale de la normalidad? ¿Es inapropiado si se sale de lo habitual? ¿Es malo si es más tétrico de lo que estás acostumbrado de ver? ¿Es poco serio o infantil solo por querer volar libre negando la lógica un rato?
Gente cerrada a la normalidad. La hay estúpida y desagradable, pero también la hay agradable y encantadora. Estos se merecen mi simpatía y mis mejores deseos, pero yo no me merezco convertir mi tiempo en vacuo por ellos.
Hay conversaciones que te hacen crecer, o levantarte, o incluso volar. Hay otras que simplemente se dedican a dar un par de vacías vueltas a temas triviales al igual que mientras le das vueltas a los cubitos de hielo en tu vaso. Hablas de lo mal que va la economía, pones verde al vecino de turno, criticas al Papa y al político del día, acabas hablando del tiempo y el temporal...
Se pasa una tarde sin que luego permanezca nada provechoso y enriquecedor en tu memoria. Los cubitos de hielo se han derretido, el sabor del refresco se marchó hace rato de tu boca.

Dedicar tardes a personas con las que al final solo pasa eso... un par de veces está bien, pero si ellos han dado ya de sí en toda su normalidad, los encuentros se tornan pasatiempos compartidos, al terminar puedes tachar un día más del calendario, continúa con esos encuentros y da la bienvenida a la rutina.
Quien no ve apropiado aventurarse más allá de los límites de la normalidad, llegado ese límite no dará más de sí, salvo monotonía.



[Al terminar de escribir recordé este artículo que leí hace días y estaba deseando compartir.
No ols olvideis de que hay un botón al final para pasar a la página 2. Merece la pena leerlo, y... obviamente sabeis cuál es mi elección...
Salir con chicas que no leen/Salir con chicas que leen ]